Debate Pandémico.

O la neurosis humana con la muerte.

El otro día en la prensa vi una foto que me rompió el corazón: una jirafas muertas de hambre y sed en medio de Kenya desértica. Una imagen muy poderosa que a mí me ha remitido a un signo del agotamiento de los recursos de la Naturaleza y las consecuencias nefastas para los seres más inocentes: los animales y la vegetación, que también son “seres” y “vivos”. Se me llenan los ojos de lágrimas al sentir la impotencia y sobre todo la fascinante inconsciencia y superficialidad de la especie humana. Llevo ya días que tengo ganas de analizar más a fondo el debate que acapara todas las conversaciones sociales que nos ha traído la cuestión de la pandemia y las medidas tomadas en consecuencia por nuestra civilización.

Creo que el debate se centra en el aspecto más superficial y efímero de la cuestión; como si a la hora de abordar el tema del océano nos centraremos sólo en hablar y discutir sobre la espuma que provocan las olas del mar.

En primer lugar todo el debate gira siempre en torno a “cómo mantener el sistema” en el que vivimos en lugar de cuestionarnos la filosofía, principios y valores sobre los cuales se asienta el mismo. Pero no…lo importante para la mayoría es “que no cambie” el sistema porque no creemos posible (o no queremos) CREAR un sistema nuevo sobre el que estructurar nuestra forma de vida: nuevos usos y costumbres, nuevos valores, nuevos rituales… y la pregunta es: ¿no es un poco sorprendente que prefiramos mantener el antiguo sistema en el que siempre hemos vivido simplemente por pereza, miedo o costumbre en lugar de ser valientes y plantearnos salir del “status quo” para poder adaptarnos a los nuevos desafíos que nos plantea la historia de nuestra especie?

En segundo lugar; ¿por qué la especie humana nos creemos con más derecho que las demás especies (ya sean animales o vegetales) a sobrevivir?, ¿de verdad somos superiores?, ¿o solo nos lo creemos? y por otro lado, llevemos al extremo la evolución de la especie humana que cada vez vive más años y crecemos de forma “exponencial” de forma antinatural, ¿es de verdad sostenible? el ritmo de explotación de los recursos naturales es algo que salta alarmas constantemente.

No sé de estadísticas pero creo que con el planteamiento meramente filosófico es suficientemente interesante la pregunta. La naturaleza tiene sus ciclos y lo natural es el ciclo de: vida-muerte-vida es decir, la muerte, la destrucción, la devastación forma parte de la naturaleza pero los seres humanos, como nos da miedo la muerte, lo vemos como algo negativo en lugar de prepararnos y aceptar los ciclos de la naturaleza y el afrontar el miedo al dolor con valentía, “cogiendo el toro por los cuernos”. Yo estoy con Joseph Campbell cuando afirma “El ser humano ha fracasado al no reconocer la naturaleza lasciva y devoradora que nos caracteriza” (en el libro: Poder del Mito con Bill Moyers)

En tercer lugar, ¿por qué el escándalo de la muerte? si hemos nacido nuestro fin es la muerte y forma parte de la vida, los contrarios no se pueden separar de la misma forma la vida no se puede separar de la muerte y viceversa. Pero en nuestra cultura “está mal visto morir,” es un escándalo, en lugar de prepararnos consciente y amorosamente para recibirla. Nuestra cultura está obsesionada con vivir cuantos más años y envejecer lo menos posible en lugar de obsesionarnos en vivir con valentía y pasión, asumiendo riesgos y transformando nuestros errores en aprendizajes gozosos y sanadores.

Vivimos en una ficción, un “Matrix” donde lo importante es que no nos “roben” la ficticia seguridad del bienestar, de que “todo va a seguir como siempre” y que “nada va a cambiar” porque preferimos lo “malo conocido” que lo “bueno por crear,” y de está manera hemos vuelto al punto número uno.

Hoy una amiga me ha dicho que está en la UCI por COVID y ella se había vacunado. Su marido y su hija también lo han cogido de nuevo estando vacunados. Parece además un chiste… ¿De verdad es lo más importante estar vacunados? ¿no sería más natural prepararnos a toda la especie humana para aceptar la muerte como parte de la vida y organizarnos para morir de forma amorosa y en paz?

En mi opinión, quien teme a la muerte teme a la vida, y quien ama la vida “ama” la muerte porque…al fin al cabo son dos partes de una unidad.